¿Cómo dejar de fumar?
Si eres fumador, seguro que conoces los beneficios de dejar de fumar.
No voy a darte la chapa. Además, te lo he explicado en el post anterior.
Pero una cosa es querer dejarlo, y otra hacerlo.
Abandonar este hábito es difícil. Estar enganchado es ser adicto tanto física como psicológicamente.
El cuerpo nos lo va a pedir. La mente, también.
Así que vamos con algunas claves para dejar de fumar.
Reconoce tu propio hábito
Para empezar, debes tomar consciencia de cuánto y por qué fumas.
Para ello, cómprate un cuaderno de anotaciones. Apunta en él el nº de veces que fumas en el día, las horas en las que lo haces, así como los motivos que te llevan a encenderte cada cigarro.
De esta manera, identificarás tus tentaciones.
¿Por qué dejo de fumar?
Es importante que te des respuesta a ti mismo. ¿Qué es lo que buscas con este propósito?
Anótalo también en el cuaderno.
Una vez reúnas argumentos suficientes deberás escribirlos en grande y lograr, de alguna forma, recordar estas motivaciones en los momentos de tentación.
Por ejemplo, si notas que fumas más en el trabajo, deberás colocarte un recordatorio en tu escritorio.
Si lo haces después de cenar, deberás hacerlo en la cocina, salón o donde te sea más visual.
Estos recordatorios serán claves para luchar contra el síndrome de abstinencia cuando se presente.
Conoce el efecto rebote de dejar de fumar
En este proceso de concienciación, debes tener claro que el dejar de fumar no va a ser un camino de rosas.
Vas a estar una temporadita larga insoportable. Vete asumiéndolo.
El síndrome de abstinencia aparecerá y con él sus síntomas asociados.
Vas a sufrir ansiedad, vas a estar nervioso sin motivo. Durante una temporada, te será más difícil concentrarte en tus actividades diarias.
Te costará también conciliar el sueño, como consecuencia del déficit dopamínico que te provoca el dejar de fumar.
Además, la ansiedad y la dopamina que te comentaba antes buscará un elemento sustitutivo: los antojos.
Comenzarás, casi sin darte cuenta, a comer más, y no precisamente frutas y verduras, si no principalmente productos azucarados y grasiento.
Engordarás.
Es así: el cuerpo debe regularse. Pero no pasa nada, el fin último (dejar de fumar) es mayor.
Y es que, cuando dejes por completo el tabaco y ya no te lo pida el cuerpo, recuperarás tu estado anímico y alimentación habitual.
Esta etapa para mi es clave.
Conociendo los motivos de por qué estás en un determinado estado anímico o por que has engordado te ayudará a estar más tranquilo, sabiendo que los efectos que provocan en tu organismo tienen una causa externa (el tabaco y sus componentes), y que será pasajero.
Decide el momento para dejar de fumar
Una vez tengas claro todo lo anterior, deberás buscar el momento de dejarlo.
No lo dejas para muy tarde, o perderás la motivación.
Debes decidir ahora, la forma en que lo vas a dejar:
De forma gradual
Puedes minorar el consumo y dejar de fumar de forma gradual.
En vez de bajar a fumar 4 veces en el trabajo, bajar solo dos. En vez de fumar dos cigarros después de cenar y antes de dormir, fumar uno solo, y así. Hasta dejarlo completamente
Es un buen método que, al menos y en el peor de los escenarios, como mínimo va a reducir la cantidad de tabaco que fumas.
Por tanto, tu cuerpo se va acostumbrando poco a poco. El síndrome de abstinencia, cuando se presente, será menor, ya que te has ido aclimatando a él.
De forma abrupta
El método más radical.
No obstante, algunos expertos entre los que destacan un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en Annals of Internal Medicine, consideran que es el más efectivo, incrementando en un 25% las probabilidades de éxito.
Si has decidido dejarlo así, deshazte de todo lo relacionado con el tabaco: mecheros, encendedores, cajetillas o esa caja de purito que te regalaron en la boda de tu primo y que guardas en un cajón.
Todo, fuera.
Además, coméntaselo a tus amistades, tu familia, tus compañeros de trabajo para que no te inciten a fumar.
Busca apoyos
Apóyate en tus seres queridos para conseguir tu propósito, pero, sobre todo, debes buscarte distracciones para superar este hábito.
Haz deporte
Haz deporte. Lo que sea. Empieza por ejercicios de fuerza y ve metiéndole poco a poco el cardio, acostumbrando a tus pulmones al ejercicio.
Si no hacías nada de deporte, no te pases. Hazlo intensidad moderada.
Si ya hacías deporte mientras fumabas, intensifícalo, hazlo más.
El deporte te ayudará de varias maneras que se retroalimentan entre sí:
- Rebajará tus niveles de ansiedad
- Aumentará tu capacidad pulmonar, es decir, tu pulmón se limpiará más rápido de los estragos del tabaco.
- Tu autoestima subirá, al darte cuenta de la resistencia física que estás ganando, aunando el fin del tabaquismo con el deporte.
- Reducirá el impacto de los kilos de más, consecuencia de la compensación con la comida que te comentaba más arriba
- El tiempo que estás haciendo deporte, no estás pensando en fumar.
Terapias de reemplazo
Al principio del post, te comentaba que la dependencia del tabaquismo es tanto física, como psicológica.
Bien. Pues la dependencia psicológica, vas a ser tu quién la gestione.
Para ello deberás aplicar todo lo que te explico más arriba.
Sin embargo, para la dependencia física, puedes hacer trampas. Te explico:
El tabaco tiene mil mierdas. Tiene hasta alquitrán entre sus componentes.
Pero lo que te crea dependencia física es una de ellas: la nicotina. Esta sustancia es solo una de las miles de sustancias que componen el tabaco.
También puedes tomarla sin necesidad de fumar.
Aquí es donde entran en juego los chicles, parches, pastillas o incluso inhaladores que llevan nicotina de forma aislada. Puedes preguntarle a tu médico o a tu farmacéutico para que te informe del idóneo.
De esta manera, palias el mono y te quitas de meterte para dentro el pulmón el resto de las sustancias perniciosas presentes en el tabaco que, además, al inhalarlas en combustión sus consecuencias fatales se multiplican exponencialmente
Es lo que se conoce como un mal menor.
Bueno, ya te he explicado como dejar de fumar. Ahora solamente estáis tu y tu fuerza de voluntad.
Juntos debéis tirar hacia adelante y alargar vuestra esperanza de vida.
Como sé que dejar de fumar es algo jodido, lo que te recomiendo es que intentes convencer a algún amigo y, así, de paso, lograrlo juntos y tener un hombro sobre el que desahogaros cuando la tentación os aceche.
Por ello, ¡comparte el post con tu amigo el fumador!